En el marco de un proceso legal, ya sea por un delito penal como robos, un accidente de tráfico con reclamaciones o una estafa, las personas deben tomar decisiones que pueden definir el rumbo de su caso. Una de estas opciones es acogerse al derecho a no declarar, una garantía que, aunque está protegida por la ley, implica efectos que merece la pena analizar.
Por ello, es importante saber qué significa este derecho, las consecuencias de acogerse al derecho a no declarar y los momentos en que puede ser una elección acertada. Desde Álvaro Prieto Abogados, en Murcia, pongo a tu disposición un asesoramiento experto para afrontar estas situaciones con seguridad.
Qué significa acogerse al derecho de no declarar
El derecho a no declarar, conocido también como derecho a guardar silencio, encuentra su fundamento en el artículo 24.2 de la Constitución Española y se desarrolla en el artículo 520.2 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim).
Esta disposición permite a cualquier individuo implicado en un procedimiento penal, ya sea como acusado o como testigo, optar por no responder a las preguntas de las autoridades judiciales. La ley establece que esta decisión no debe interpretarse como una admisión de culpabilidad.
Los investigados pueden valerse de este derecho para evitar incriminarse, mientras que los testigos, aunque obligados a comparecer y declarar con veracidad, tienen la posibilidad de abstenerse si su testimonio pudiera comprometerles a ellos o a sus seres queridos.
Es importante aclarar que acogerse al derecho a no declarar no equivale a obstaculizar la justicia, pues se trata de un mecanismo legítimo y reconocido, a diferencia de actitudes que busquen entorpecer deliberadamente un proceso.
En Álvaro Prieto Abogados, con experiencia en derecho penal en la Región de Murcia, ayudamos a quienes afrontan casos de robos, estafas, tráfico de drogas, homicidios o alcoholemias, entre otros casos, a comprender cómo aplicar este derecho de manera efectiva.
Consecuencias de acogerse al derecho a no declarar
Ejercer esta prerrogativa tiene repercusiones que dependen del contexto del caso. A continuación, investigamos algunos de los efectos más relevantes:
Percepción en el ámbito judicial
La legislación es clara al señalar que el silencio no debe considerarse una prueba de culpabilidad. Sin embargo, en la práctica, las autoridades judiciales podrían interpretarlo como una falta de disposición a colaborar. Por ejemplo, en un caso de estafa, si el acusado decide no hablar y las pruebas no son concluyentes, esto podría alimentar ciertas dudas entre los encargados de impartir justicia.
Repercusiones en la defensa
Decir “me acojo a mi derecho de no declarar” puede ser una herramienta útil si se emplea con una estrategia bien definida. Permite evitar declaraciones que, por error o falta de preparación, puedan volverse en contra del investigado. No obstante, si esta elección no va acompañada de una defensa sólida, podría dejar al acusado en una posición desventajosa frente a los argumentos de la acusación.
Impacto como testigo
Los testigos están obligados a declarar en un juicio, y no pueden acoger al derecho a no declarar. Si has sido testigo de unos hechos, tienes la obligación de responder a lo que te pregunte el tribunal y las partes y a decir la verdad -cosa que no ocurre si estás declarando como investigado, en cuyo caso puedes mentir a tu favor-. La única excepción que recoge la ley en estos casos, es que sea un procedimiento que vaya en contra de tu pareja, padres, hijos o hermanos, en cuyo caso, si tendrás el derecho a no declarar contra ellos, pero no en el resto de situaciones.
Ventajas tácticas
En situaciones como tráfico de drogas, homicidios, coacciones, alcoholemias o estafa, no declarar puede ofrecer un margen para organizar mejor la defensa o reunir pruebas.
Cuándo es recomendable acogerse a este derecho
La decisión de guardar silencio debe evaluarse según las particularidades de cada situación. Algunos escenarios donde puede ser recomendable incluyen:
Falta de claridad o preparación
Si una persona es requerida para declarar sin haber consultado con un abogado o sin entender plenamente las imputaciones, lo más prudente puede ser abstenerse. En la mayoría de casos el silencio evita declaraciones apresuradas que compliquen la defensa.
Posibilidad de autoincriminación
En delitos como robos o estafas, donde las pruebas no siempre son claras, hablar sin una estrategia definida puede ser arriesgado. El derecho a no declarar actúa como una protección mientras se construye una respuesta sólida.
Hay que tener en cuenta que se puede guardar silencio pero posteriormente solicitar declarar, ya que la ley permite esta posibilidad, por lo que es fundamental contar con un abogado que analice el asunto en profundidad para que , una vez se tenga toda la información, valore si es conveniente declarar, o no.
Contextos con varios implicados
En procedimientos que involucran a múltiples partes, como delitos cometidos por organizaciones, no declarar impide que las palabras de una persona se utilicen en su contra o afecten a otros. Esto es clave en casos de mayor envergadura.
Como profesional en este campo, enfatizo en la necesidad de contar con un experto antes de decidir. Un abogado puede determinar si el silencio es la mejor opción o si una declaración activa favorece más al cliente.
Tomar la decisión de acogerse al derecho a no declarar no debe hacerse a la ligera. Sin una guía profesional, los resultados pueden no ser los esperados. Las consecuencias de acogerse al derecho a no declarar varían según el caso, pero con el respaldo adecuado, esta herramienta puede proteger tus derechos de manera efectiva.
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Abogado especialista en derecho penal
Colegiado por el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid (nº 131239 )